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jueves, 14 de marzo de 2013

Una Historia que te Haga Sonreír

Hoy quiero compartir con vosotros una historia:

Una mujer trabajaba como secretaria en una empresa. Siempre estaba sometida a estrés; rellenar informes, impresos, concretar reuniones, seguir la agenda de su jefe. Y al llegar a casa tenia que cuidar de sus dos hijos, ya que su marido trabajaba. 
En el trabajo estaba de mal humor, discutía con sus compañeros y al jefe apenas le hablaba. Tenía el trato justo como secretaria que era.
Esto le llevo a tener problemas de salud, estrés, cansancio acumulado...
Finalmente, un día se decidió y fue a un Psicólogo. Una vez en la consulta, éste le preguntó que qué le pasaba.
 -Tengo mucho estrés, muchos problemas, siempre estoy de mal humor y además cada vez que voy al trabajo me dan náuseas y eso me hace estar aún de peor humor y en peor estado.
El Psicólogo sonrió y habló con ella. Al terminar, le mandó una tarea:
-Mira, lo único que tienes que hacer es ir a trabajar con una sonrisa en la cara, aunque sea forzada. Tómate todo con una sonrisa. Tienes muchos formularios que rellenar. Hazlo con una sonrisa.
La hora del café en vez de verla como la calma antes de la tormenta. Sonríe y habla con tus compañeros. Y dentro de unas semanas vienes a verme.
Ella se quedó muy extrañada ante tal tarea, ya que de que le iba a servir sonreír cuando lo que ella sentía eran náuseas, jaquecas y siempre estaba cabizbaja . Pero decidió seguir este consejo.
Poco a poco cada día llegaba al trabajo, miraba a su jefe y le daba los buenos días con una sonrisa muy forzada. En el descanso, hablaba con sus compañeros con esa misma sonrisa forzada. 
El tiempo pasó y esa sonrisa se volvió algo automático al hablar con su jefe, al realizar su tarea y al hablar con sus compañeros. Las náuseas pasaron y esas ganas de no ir al trabajo también. 
Por lo que volvió al Psicólogo:
-Parece que mis náuseas han pasado y ya no me molesta tanto ir al trabajo, hasta me parece algo ameno, dijo ella.
El Psicólogo le contestó:
-Eso es por ir con una sonrisa. Estoy seguro que al principio te costaba sonreír y que no era lo que más te apetecía hacer. Pero poco a poco tu sonrisa, aunque fuera falsa incitaba a recibir una sonrisa de los de tu alrededor, lo que a su vez te hacía sonreír cada vez con más ganas y te hacía ver el trabajo como una actividad entretenida y no como una pesada obligación.
Ella atónita se dio cuenta de que todo era cierto. Desde que empezó con esa sencilla tarea de sonreír cada mañana, todo su entorno había mejorado y ella se encontraba de buen humor. Todo ello por una sonrisa.

¿Que es lo que os quiero decir con esta pequeña historia? Es bueno mostrar lo que sentimos, pero también es bueno mostrar lo que queremos sentir. Puede que esté triste por dentro, eche de menos a gente y lo único que quiera es estar en mi casa sumido en mis pensamientos en vez de tener que ir a trabajar o tener que ir a clase. Pero obviamente no nos gusta estar así y es por eso que nos planteamos que hacer. Análogamente esta mujer va a consulta. Notar que por nuestra sonrisa aunque falsa, el resto te la devuelve, hace que quieras dar más de una sonrisa, de modo que tus pensamientos cambiarán y verás como esa pequeña sonrisa cambia tu mundo por uno mucho más feliz y optimista.

Una sonrisa está infravalorada, es por eso que siempre tengo una sonrisa en mi cara, este triste, cansado o furioso, siempre tengo una sonrisa que ofrecerle a todos y cuando consigo sacar una sonrisa a alguien y que me la devuelva, me hace sonreír con más ganas que antes.

Antes los problemas: Sonríe, regálate una sonrisa.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Coincidencia o Destino

A lo largo de nuestras vidas tienen lugar muchas y diferentes experiencias, el primer beso, el primer día de clase, el primer viaje, tu primer amor... No todo tiene por qué ser primeras veces. Es cierto que estos momento definen, señalan y marcan nuestras vidas, pero, es en las segundas veces, en las terceras, cuartas, en cualquier otra vez que se repita ese cóctel de pensamientos y sentimientos. Es en esas veces cuando nos planteamos por qué nos ocurren esas cosas, que motor lícito nos ha hecho volver a experimentar de nuevo esas sensaciones.
Es aquí donde surge un dilema entre las Coincidencias y el Destino.

Hay personas que apelan al destino. Todo tiene un por qué, todo está marcado y predispuesto para ocurrir tal y como ocurre. Para la gente a la que, por regla general, le pasan cosas buenas, veo bien que piensen así  pero quién vive en desgracias; no tiene trabajo, no puede estudiar, su pareja le deja. A esas personas no les puedes pedir que crean en un destino que lo único que parece augurar son malas rachas. Es ahí donde entran las coincidencias.Cuando te paras y piensas... Y si me hubiera ido a esta otra universidad, no habría conocido a esta gente y ahora todo sería diferente, pero casualmente ha sido así.
Pensar que por cualquier circunstancia un día te da por hablar con alguien, se le cae un papel, lo recoges, se lo das y habláis un tiempo. Eso se queda ahí  pero al día siguiente o a los días, coincidís otra vez y esa persona te habla y poco a poco día a día seguís hablando y de la forma más simple, ganas un amigo en quien confiar, por ejemplo.
¿Acaso no crees que con la cantidad de personas que transitan nuestras calles, el destino te eligió a ti entre todos para recoger ese papel?
Yo, no lo creo, fue una coincidencia.
Y es que la vida se rige por singulares coincidencias. Por momentos casuales, por situaciones únicas que se dieron por azares.
No puedes tener fe en que todo esta predestinado, no puedes refugiarte en una vida planeada. Tú haces cada momento posible, porque las coincidencias son coincidencias si queremos verlas como coincidencias.

Como podéis ver, doy mucha importancia a las pequeñas cosas, a los pequeños detalles. A esos pequeños pasos que nos han llevado a la felicidad, como fue el primer beso o el primer amor.
Tan bellos fueron aquellos instantes de felicidad que el ser humano muere por volver a experimentarlos.
Y es que la felicidad se ansía, se alcanza, gusta y enamora.
Cuando el hombre sobreponga la felicidad de alguien por encima de la suya propia, es entonces cuando hablamos de amor. Su felicidad, se convierte en la tuya.

Muchas gracias por leer mi blog, el cual cada dia tiene mas lectores cosa que me alegra mucho. Espero que os haya gustado.

domingo, 3 de marzo de 2013

Música: El Guión.

A veces queremos expresarnos y no sabemos como. Por mucho que tengamos el guión preparado y sepamos palabra por palabra que queremos decir, cuando te ves en el momento y confiado abres ese guión que traes escrito, te das cuenta de que no hay ni una sola palabra escrita, y en el caso de que haya algo escrito no serán más que palabras sueltas, frases cortas, pero nada parecido a todo lo que quieres decir. Ese emotivo discurso se desvanece y te quedas solo ante los focos.

Tu cabeza no deja de dar vueltas y comienza a saber exactamente que tenías escrito, pero misteriosamente no le apetece darle esa orden a tu boca y tu voz no se manifiesta, por lo que vuelve a ti esa ligera impotencia: Todo lo que querías decir desaparece, ahora vuelve a tu cabeza pero no tiene pensado salir. Ha encontrado un sitio donde cobijarse entre recuerdo y recuerdo.
Formulas palabras sueltas, frases cortas y muletillas... Ya sabes... Es que... No se... Lo que quiero decir es...
Está claro que esa persona no sabe. Que obviamente no es nada. Que tu en realidad si sabes y que lo que quieres decir, realmente, es lo contrario a lo que estés tratando de decir en ese momento.

Pero tenemos la suerte de tener guiones a nuestro alrededor, de los que podemos pedir prestado frases, pensamientos e ideas, que de manera indirecta nos ayudan y nos sirven día a día para sentirnos identificados, para levantarnos el ánimo o para transmitir algo. Esos guiones, son música.


-You are each one of my thoughts-