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domingo, 3 de marzo de 2013

Música: El Guión.

A veces queremos expresarnos y no sabemos como. Por mucho que tengamos el guión preparado y sepamos palabra por palabra que queremos decir, cuando te ves en el momento y confiado abres ese guión que traes escrito, te das cuenta de que no hay ni una sola palabra escrita, y en el caso de que haya algo escrito no serán más que palabras sueltas, frases cortas, pero nada parecido a todo lo que quieres decir. Ese emotivo discurso se desvanece y te quedas solo ante los focos.

Tu cabeza no deja de dar vueltas y comienza a saber exactamente que tenías escrito, pero misteriosamente no le apetece darle esa orden a tu boca y tu voz no se manifiesta, por lo que vuelve a ti esa ligera impotencia: Todo lo que querías decir desaparece, ahora vuelve a tu cabeza pero no tiene pensado salir. Ha encontrado un sitio donde cobijarse entre recuerdo y recuerdo.
Formulas palabras sueltas, frases cortas y muletillas... Ya sabes... Es que... No se... Lo que quiero decir es...
Está claro que esa persona no sabe. Que obviamente no es nada. Que tu en realidad si sabes y que lo que quieres decir, realmente, es lo contrario a lo que estés tratando de decir en ese momento.

Pero tenemos la suerte de tener guiones a nuestro alrededor, de los que podemos pedir prestado frases, pensamientos e ideas, que de manera indirecta nos ayudan y nos sirven día a día para sentirnos identificados, para levantarnos el ánimo o para transmitir algo. Esos guiones, son música.


-You are each one of my thoughts-

2 comentarios:

  1. Eva Galavis Campos3 de marzo de 2013, 20:49

    No salen de tu boca. Porque siempre hay algo más fuerte que las palabras que no las llegan ni a la suela de los zapatos.
    No hay guiones, no hay palabras, no hay pensamientos. Nada de eso sale, porque lo único que realmente te bloquea e impide que eso vea la luz, son los sentimientos del corazón.

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  2. No es que no salgan de tu boca, es que cuando estas en el momento todo aquello que habías pensado en la ducha, mientras comes, en el autobús, o en nuestro altar: la cama. No vale para nada. Todo lo que quieres decir ahora no es más que una serie de pautas que seguir.

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