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miércoles, 6 de marzo de 2013

Coincidencia o Destino

A lo largo de nuestras vidas tienen lugar muchas y diferentes experiencias, el primer beso, el primer día de clase, el primer viaje, tu primer amor... No todo tiene por qué ser primeras veces. Es cierto que estos momento definen, señalan y marcan nuestras vidas, pero, es en las segundas veces, en las terceras, cuartas, en cualquier otra vez que se repita ese cóctel de pensamientos y sentimientos. Es en esas veces cuando nos planteamos por qué nos ocurren esas cosas, que motor lícito nos ha hecho volver a experimentar de nuevo esas sensaciones.
Es aquí donde surge un dilema entre las Coincidencias y el Destino.

Hay personas que apelan al destino. Todo tiene un por qué, todo está marcado y predispuesto para ocurrir tal y como ocurre. Para la gente a la que, por regla general, le pasan cosas buenas, veo bien que piensen así  pero quién vive en desgracias; no tiene trabajo, no puede estudiar, su pareja le deja. A esas personas no les puedes pedir que crean en un destino que lo único que parece augurar son malas rachas. Es ahí donde entran las coincidencias.Cuando te paras y piensas... Y si me hubiera ido a esta otra universidad, no habría conocido a esta gente y ahora todo sería diferente, pero casualmente ha sido así.
Pensar que por cualquier circunstancia un día te da por hablar con alguien, se le cae un papel, lo recoges, se lo das y habláis un tiempo. Eso se queda ahí  pero al día siguiente o a los días, coincidís otra vez y esa persona te habla y poco a poco día a día seguís hablando y de la forma más simple, ganas un amigo en quien confiar, por ejemplo.
¿Acaso no crees que con la cantidad de personas que transitan nuestras calles, el destino te eligió a ti entre todos para recoger ese papel?
Yo, no lo creo, fue una coincidencia.
Y es que la vida se rige por singulares coincidencias. Por momentos casuales, por situaciones únicas que se dieron por azares.
No puedes tener fe en que todo esta predestinado, no puedes refugiarte en una vida planeada. Tú haces cada momento posible, porque las coincidencias son coincidencias si queremos verlas como coincidencias.

Como podéis ver, doy mucha importancia a las pequeñas cosas, a los pequeños detalles. A esos pequeños pasos que nos han llevado a la felicidad, como fue el primer beso o el primer amor.
Tan bellos fueron aquellos instantes de felicidad que el ser humano muere por volver a experimentarlos.
Y es que la felicidad se ansía, se alcanza, gusta y enamora.
Cuando el hombre sobreponga la felicidad de alguien por encima de la suya propia, es entonces cuando hablamos de amor. Su felicidad, se convierte en la tuya.

Muchas gracias por leer mi blog, el cual cada dia tiene mas lectores cosa que me alegra mucho. Espero que os haya gustado.

2 comentarios:

  1. Tiempo sin comentar, ¿eh? Si te soy sincero ha sido el interés por el tema lo que me ha movido a contestarte, ya que es un tema que me ha interesado siempre. En este caso no estoy de acuerdo, para mi practicamente todas las cosas con una mínima relevancia para uno mismo ocurren por algo, y tienen un por qué que solo hay que descubir. Como tu mismo has escrito, pensarás que digo esto porque me pasan cosas buenas, pero si pienso de esta forma, es por todo lo contrario, ya que defiendo que es propiamente lo "malo" (llámame loco, pero no hay nada que considere malo como tal que le pueda pasara a una persona, sino aprendizaje) de lo que se aprende algo. Es gracias a lo "malo" que avanzamos en nuestras páginas vitales. Lo más ínfimo, el pequeño detalle, está marcado porque de alguna forma algo te puede aportar (tanto como bueno como malo) y avanzar como persona. El mundo está conectado, y aunque el fin de cada uno, o aprendizaje vital, como lo quieras llamar, está predestinado, la forma en le que llegamos a él SÍ que lo elegimos nosotros. Todos los caminos llevan a Roma, pero el caso es que a Roma vas a ir igual.

    Un saludo.

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  2. Eva Galavis Campos6 de marzo de 2013, 23:11

    Francamente, considero que la vida fluye (desde hace un par de años la dejo fluir), y cada cosa ocurre por pequeñas casualidades del día a día, casualidades que podrían haber sido personas, ocurrencias, aprobados de exámenes, amigos, conocer al amor de tu vida...

    A mi modo de vista, cada persona vibra con una determinada frecuencia, y es en ese momento cuando entra en juego la polaridad de la casualidad; "ésto y con esta persona (bueno o malo)", "ésto que me ha ocurrido (alegría o desgracia)", "por fin encuentro el camino"...
    Es cuando tu frecuencia coincide con el exterior, tu frecuencia se enfoca con ese propósito deseado, tu frecuencia coincide con esa persona que tienes delante.

    Y ahí, la casualidad deja paso a la llamada CAUSALIDAD.

    Ojalá creyera en el destino, sería mucho más fácil creer que tengo un propósito en la vida y que las cosas ocurren por una causa específica, pero lo cierto es que creo en esas frecuencias, en esas causalidades que hacen que la vida se rija por esas frecuencias que hacen que en un momento determinado, dos personas se rían, que te centres para sacar esa ansiada carrera, o simplemente para crecer interiormente encontrando la paz con el mundo, con la naturaleza, sintiéndose uno mismo como su mejor amigo y aliado; es la la causalidad de tu frecuencia que será la que haga que te desenvuelvas con ese mundo desconocido que te rodea.

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